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cioeconómico y cultural de Cangas de Onís, prolongándose a las primeras décadas del
siglo XX. En esa época se lleva a cabo un gran impulso de Covadonga con la visitas de
Isabel II en 1858 o de Alfonso XII en 1877 y las obras que emprende el obispo Sanz y
Forés con la colaboración inestimable de Roberto Frassinelli, el alemán de Corao, uno
de los personajes más destacados de este tiempo. Así, se levanta en la gruta un lujoso
camarín y comienzan las obras de la Basílica que finalmente se realizan bajo proyecto
de Federico Aparici, tras descartar otros proyectos anteriores de Ventura Rodríguez y del
propio Frassinelli. Fueron años florecientes para el pueblo de Corao, donde se asentó
además de Frassinelli el relojero Basilio Sobrecueva Miyar. Por otro lado, se construye
en Cangas el Palacio de Justicia entre 1886 y 1889 (hoy Ayuntamiento), así como la
Cárcel de Partido (actualmente Casa de Cultura y Centro de Salud). La construcción,
asimismo, de las carreteras a Ribadesella, Panes, Covadonga y al Puerto del Pontón,
hizo posible un importante crecimiento de la ciudad de Cangas, convirtiéndola en un
“animado centro de servicios, con tiendas, empresa de carruajes, farmacia, hotel restau-
rante, casino y café”, como señala el Diccionario Geográfico de Asturias, de González
Aguirre, en 1897. Referencia ineludible de Cangas lo constituye su mercado tradicional
que existe desde hace varios siglos y sigue pujante todavía hoy. Había también im-
prenta, viendo la luz numerosos periódicos: El Sella (1885-86), El Auseva (1891-1913),
El Orden (1914-1931), El Popular (1917-1936), El Aldeano (1912-1915) o Vida Agraria
(1920). Estas publicaciones permitieron los primeros pasos en el sector del periodista y
escritor Juan Antonio Cabezas. En el apartado económico cabe citar la explotación de
las minas de manganeso de Buferrera desde 1897, que animaría la creación del tranvía
Covadonga-Arriondas en 1908, con el que se sacaba el mineral continuando por ferro-
carril hasta el puerto de Ribadesella. También se explotaron minas de carbón en Llano
de Con y en Intriago.
En el siglo XIX nace un buen número de cangueses ilustres que sobresalieron en cada
una de sus facetas. Es el caso del pintor José Ramón Zaragoza, el pionero de la foto-
grafía José Ramón Alonso Villarmil, el político Juan Vázquez de Mella, el médico militar
Elías Con y Tres, el relojero Roberto Miyar, el filántropo Eduardo Llanos Álvarez de las
Asturias, el jurista Francisco Beceña, la fotógrafa Benjamina Miyar, el sindicalista agrario
Ángel Sarmiento, o el comerciante Federico Ortiz.
En los primeros años del siglo XX, el Rey Alfonso XIII concede el título de ciudad a Can-
gas de Onís (1907) y visita Covadonga en 1918 conmemorando el XII Centenario de los
inicios del Reino de Asturias, creándose ese mismo año el Parque Nacional de la Mon-
taña de Covadonga, el primero de España. En ello tuvo un papel muy destacado Pedro
Pidal, Marqués de Villaviciosa de Asturias. En 1908 se funda la Sociedad de Labradores
El Despertar, con sede en Corao y en 1909 se crea el Sindicato Agrícola de Cangas de
Onís, organizaciones que tuvieron un gran peso en el municipio, en esos momentos de
gran nivel de participación popular en asociaciones de diversa índole. También en 1909
se inaugura el Gran Hotel Pelayo de Covadonga, pieza importante para el desarrollo del
turismo en la zona. Varios cangueses que hicieron fortuna en América levantan destaca-
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