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montañas del Parque de Redes que nos rodean, aunque antes se
llamasen de otro modo.
Desde hace años trabajo de Auxiliar Educadora en Centros de Me-
nores. Tendría un gran libro para escribir sobre mis vivencias entre
estos niños y jóvenes. Pero, para resumir, os diré que lo que más cla-
ro tengo de mi trabajo es que quiero para ellos lo mismo que para
mi hija: que se hagan personas responsables, y concienciadas de
que en la vida nada se nos regala, que hay que conseguirlo con es-
fuerzo y honestidad.
A propósito de mi hija, que ha seguido un camino parecido al mío en
materia laboral, tengo que confesar que es mi gran orgullo. Está mal
que su madre lo diga, pero “saliome muy derecha”, como decimos
por aquí. Algo que ver también tendría en ello su padre, a la par que
mi compañero de fatigas, al que quiero también hacer un recono-
cimiento porque forma parte de ese grupo de “hombre buenos”, a
los que amamos las mujeres que deseamos la igualdad y el respeto
con nuestros compañeros varones.
A caballo entre Oviedo y Casu, y ya metidos en harina de otro cos-
tal, desde hace tres legislaturas, compagino el trabajo en la capital
con mi dedicación a la política local. Soy concejala de Igualdad y
Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Casu, al que siempre llevo
por bandera.
Finalizo este pequeño esbozo de mi vida en lengua casina, de la
que hago gala en cualquier lugar: “Cuidaivos prendes, que tá pocu
p´andar en tonteríes”.
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