Page 516 - Gamoneu

El queso Gamonéu en la historia
Las condiciones meteorológicas tienen mucho que ver en la dureza del medio. Basta
observar como las cabañas, fueron paulatinamente cambiando de ubicación en la
propia vega (de estar pagadas a una pared de roca). Se movieron hacia las zonas más
refugiadas de vientos e inclemencias meteorológicas. Hoy en día apenas se puede
apreciar el fenómeno, la mayor parte se encuentran en franca ruina.
Es de ensalzar la reconstrucción de alguna de ellas. Pongo el ejemplo la realizada
por Juan José Sánchez Gutiérrez, con la ayuda de su hijo y con el concurso de otros
pastores (siempre se realizó las obras en las cabañas de forma comunal con la ayuda
de otros pastores, aunque después el uso ya fuese privativo de cada pastor) la mejora
y restauración se centró en la cabaña familiar.
Siguiendo con las observaciones de don Aureliano del Llano [5]: Continúa después
narrando el interior de las cabañas, llamándole la atención que son mucho más modestas
que las de Portudera de Cabrales, especialmente en la falta de compartimentos. Las de
Ario, las describe de la siguiente forma:
“A un lado la cama de hierba, compuesta de unas tablas levantadas medio
metro del suelo y al otro el fuego, delante del cual hay una sete”.
De la ubicación de la majada nos dice que esta forma una hondonada, rodeada de
peñascos. Sobre la que destaca la Peña Santa de Enol. Para acercarse a cualquiera de
las dos Peña Santas, se precisan unas tres horas. Las cumbres de las Peña Santas distan
entre sí un kilómetro y medio.
[5] Esta es la descripción que realiza D. Aureliano del Llano de Roza y Ampudía, en
su libro “Bellezas de Asturias de Oriente a Occidente” del año 1928.
Una bolera en plena vega.
El vecino de Gijón y natural de Avín Manuel González González (hijo de pastores
Manuel González Quesada de Avín y Justina González Alonso de Bobia Abajo) buen
conocedor de la cultura asturiana y por ende de Onís, publico en un blog personal
una curiosidad respecto a la bolera de Ario. Tal como un duende de biblioteca don
Manuel o Manolín como le gusta ser tratado, López Rendueles en la revista “Región”
en 1918 relata lo que les pasó con los pastores Ariu. Venía de Caín por la canal de
Trea en una excursión:
“Al fin, hemos alcanzado el Puerto de Ario. Es una recopila diversa información
respecto a Onís. En este caso se apoya en la publicación “Por las Peñas de
Europa” escrito por Julio meseta a más de 2.000 metros [1.600 m.] sobre el nivel
del mar: una planicie en la cual la blancura de la caliza se ve salpicada por las
manchas verdes de los pastizales. Varios pastores juegan en una bolera, no muy
llana, cabe un grupo de chozas [al par de las cabañas]. Abandonan la partida y
nos miran. Les pedimos leche y nos dan la respuesta que se recibe por todas las
Peñas: “mamáronla los xatos”. Unas galletas repartidas entre sus pequeñuelos,
les mueve a confesar espontáneamente que pueden darnos “una poca”.
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Es un bonito ejemplo, de la forma de divertirse de los paisanos en Ario. Si bien no
disponían de una bolera al uso, creaban una. Esta anécdota me hace recordar al
vecino de La Robellada Enrique Berridí Sánchez f, 1995, muchas veces me contó los
bailes de la jota, que organizaban los domingos. Era Enrique un gran bailarín de la
música tradicional asturiana. Paso muchos años de su vida en esa vega.
Le acompañaba su madre la tía Petra Sánchez. Enrique coqueto y limpio como nadie,
aparece en muchas fotografías hechas por Ramón Lueje. Con el cual le unía una
gran amistad si vemos algunas fotografías de Enrique, destacará su blanca camisa.
Delgado y de cabello rubio, era presumido como el que más, por no decir el que más
presumido, que no quiero decir petulante o vanidoso. Si ya se armaba la “bolera” con
el tambor de una lata sabiamente tocada, ya estaba montada la fiesta. No digo nada
de la que se podía armar, siempre en el mejor de los sentidos lúdicos, si subía Ramón
del Cueto Álvarez, el gaitero de La Robellada, de la vecina vega de Moandí.
ANEXO IV
4. LOS PASTORES EN LA VEGA DE ARIO.
Cuestión preliminar. Se extiende bastante más el relato de los pastores y pastoras,
buscando en contexto que define mejor la población de Onís. En primer término,
una referencia continúa a la emigración. La integración entre habitantes de concejos
limítrofes u otros aspectos de interés a modo de ejemplo, que se ofrece también en
otras vegas, en las cuales no se llega a este detalle de descripción. Por razones obvias
de espacio, a modo de ejemplo, relataré los pastores de esta vega, describir las decenas
de pastores y pastoras, que tengo escrito de otras vegas del concejo de Onís, excede
bastante el objeto de la presente obra, resumen de otra anterior.
Consideraciones generales. Altura: 1.590 m. Es la más alta vega o majada del
concejo de Onís. Cabañas: Cuatro y varias ruinas. Hay dos corrales. El acceso desde
La Tiese conlleva unas dos horas. Se puede considerar como un acceso difícil. Es
utilizada tradicionalmente, salvo alguna salvedad, por pastores de La Robellada. En
décadas pasadas, el acceso se tornaba sumamente difícil, atendiendo a las siguientes
consideraciones:
La vega de Ario es utilizada por los pastores de La Robellada. Es el pueblo que
geográficamente está más al norte del concejo, en relación con la distancia a la vega.
Que hubiese sido empleada por los vecinos de La Robellada, no significa que fuesen
estos en exclusiva. Mateo Sariá Pellico y Cirilo Sánchez, son otros de El Pedrosu o
primero Avín y después Benia de Onís, que dedicaron toda su vida a la vega. La
razón que una vega tan alejada de La Robellada, no tengo explicación. Quizás otros
vecinos de los demás pueblos fuesen ocupando las vegas más próximas a sus pueblos.
Solamente encuentro una, la característica del ascenso vertical colonizando vegas.
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