Page 537 - San martín del Rey Aurelio
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la cuenca minera central asturiana? Pues sencillamente encomen-
            dándonos a los consejos del maestro Elliot, pero sin olvidar las dua-
            lidades que plantea Sontag. Así que a ello vamos sin más demoras.

            Cuentan los eruditos que por San Martín pasaron todo tipo de con-
            quistadores (celtas, romanos y árabes) y que esa realidad convirtió
            a la Güeria en lugar de refugio para los nativos que rehuían los en-
            frentamientos directos con el enemigo invasor; también durante la
            posguerra de España (1936-1939) cuando el franquismo convirtió
            a quienes apoyaron la República, primero en “guerrilleros”, luego
            en “fugaos” y finalmente en “bandoleros”. Y es que los montes que
            rodean el valle siempre fueron propicios al ocultamiento gracias a
            que en ellos abunda una vegetación exuberante con presencia de
            muchas clases de árboles: fresnos, abedules, hayas, robles, álamos y
            acebos; también los frutales, sobre todo manzanos, perales, casta-
            ños, nogales, higueras, cerezos y avellanos. Les ablanes, además de
            ser consumidas por los nativos, se dedicaban en su mayor parte a la
            exportación.


            Por otra parte, todo valle que se precie ha de contar con un río y en
            la Güeria existe el Silvestre, al que en la antigüedad llamaban So-
            mero, vertiendo sus aguas al Río Grande (el actual Nalón) cerca de
            Carrocera. Hemos dicho Río Grande cuando en realidad las dudas
            sobre cómo llamaban nuestros ancestros al río que nace en Tarna y
            desemboca al Atlántico, entre San Esteban y Muros, han dado pie a
            numerosas interpretaciones (1).

            Pero estábamos con el río propio, el Silvestre, que durante mucho
            tiempo permitió la pesca de truchas y anguilas hasta que las explo-
            taciones mineras, sobre todo el pozo Venturo (que ocupaba terre-
            nos existentes entre la Vega de La Rotella, La Casanueva, La Llave y
            la Vaúba), oscurecieron sus aguas al utilizarse para lavar el carbón.

            Como hace ya tiempo que las minas han desaparecido de este valle,
            el Silvestre recuperó sus aguas limpias pero no así la presencia de
            las truchas salvo en pequeños pozos de la zona alta del curso del río
            y en las cercanías de la villa San José. Por otra parte, el sector más
            hipercrítico de los güeriatos -que de todo hay en la viña del señor-,








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