Page 313 - Virgen del Camino
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D) El cultivo de personalidades y la acentuación de las dificultades de   3.  Brevísimo colofón para futuros caminantes de la memoria
 maduración sin el mundo femenino
            Hemos llegado al final de este pequeño camino evocador de un preciso
 Es preciso ir concluyendo esta pequeña muestra de atención a   momento de la historia de la Virgen del Camino, cercano o lejano, según
 nuestra memoria colectiva, pero no conviene finalizarlo sin dos referencias   se mire o quien la contemple. Hemos tratado de contemplar la singularidad
 fundamentales. La primera, a mi ver, es altamente positiva, sin querer disminuir   del proceso creativo en la segunda mitad del siglo XX y nos hemos detenido
 un ápice de cuanto haya podido sufrir cualquier niño, muchacho o fraile   en las dos décadas que trascurren entre 1955 y 1975 tratando de encontrar
 en su proceso vital. Me refiero lógicamente a la pléyade de personalidades   alguna clave interpretativa que pueda ordenar con algún significado la
 que salieron de aquella Escuela Apostólica de la Virgen del Camino, los que   memoria singular de aquel momento. Hemos creído o querido encontrarla
 presentes  o  ausentes  forman  aquellas  comunidades  de  frailes-profesores   en la existencia de un humanismo integrador que el título de este artículo
 en nuestra memoria; los que terminaron siendo, y muchos lo son aún hoy   evoca. Deseamos haber acertado, al menos en alguna pequeña medida por
 admirados padres dominicos o se fueron prematuramente; los estudiantes   al menos dos razones importantes: la primera porque, si así fuera, otorgaría
 que terminaron siendo grandes personalidades en su campo, más o menos   mayor valor a un proceso que sin duda contiene muchas innovaciones y
 reconocidos socialmente, esos poco importa para nuestra finalidad.   esta honraría muchas vidas vividas; la segunda, porque, de tener algún
 Sabemos los muchos que han descollado en las ciencias y la medicina, las   acierto, aquel humanismo integrador podría expresar alguna palabra o
 artes, clásicas y modernas, la música, la enseñanza, las ciencias sociales, la   imagen valiosa para el confuso tiempo que vivimos, introduciendo, claro, es
 comunicación y al empresa, y hasta en la política, en fin, los que suponemos   la curva precisa del mundo femenino. Gracias a quienes con gran denuedo
 legítimamente celosos de su intimidad, pero igual competencia en su   y valentía han preservado la memoria de ese conjunto singular.
 proceso vital, los que desde cualquier perspectiva han sentido como propio
 ese humanismo integrador, cuya iluminación primera tal vez comenzara a
 tintinear en aquel lugar singular de la Virgen del Camino.

 Sin embargo, es preciso señalar una ausencia singularmente en este
 evocador proceso colectiva. Hasta donde quien esto escribe alcanza, a
 pesar de la elección privilegiada de una Madre al borde del Camino, la
 memoria del Colegio Apostólico de la Virgen del Camino es también
 el reconocimiento de la ausencia casi absoluta de la mujer y del mundo
 femenino. Si la misoginia era más o menos consustancial al rancio abolengo
 del carácter patriarcal que era característico del régimen dictatorial y de
 la  vieja sociedad española  o  si  bien  la educación religiosa preconciliar,
 incluso en medio de sus ejemplos innovadoras, seguía siendo deudora de la
 posición omnipresente del imaginario varonil predominante, son tareas de
 difícil proclamación social en sus evidentes consecuencias sociales. En todo
 caso  debe  hacerse  constancia  de  tal  ausencia,  porque  fue  generadora
 de una profunda debilidad que seguramente debió provocar sufrimientos
 injustificados y precisó de muchas voluntades superadoras. Federico Esteban,
 en un comentario vibrante sobre la arquitectura colegial evoca en nuestro
 libro de cabecera esa ausencia  de curvas, cuya lectura recomiendo (cf
 págs. 295-297).





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