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Está considerada como una de las zonas habitadas más altas del
concejo; en Prieres acaba la carretera que, por casi dos kilómetros,
parte de la pista Linares-Bueres y en acentuada ascensión llega al
pueblo. Por ello, el flujo de motores es débil o termina en sus aleda-
ños. Varias son las entradas que nos llevan hasta allí: la carretera
citada, construida en los años 70 del pasado siglo, impulsada por
los empresarios mineros de los chamizos y sufragada en gran parte
por los vecinos, con dinero y bienes expropiados, y que dejó casi en
desuso el famoso Caneyón del Aturu y El Camín de la Ería, que vol-
vía agradable su transitar entre praos. Otras vías de entrada eran El
Camín de los Sacramentos desde Abantru y Tanes, la collá la Trapa,
desde Piloña, El Camín de la Peña desde Gobezanes (estudiado más
adelante) y desde Bárzana, por Pontonciellos hasta La Cota y Les
Covanielles, ruta casi virgen y hoy en desuso.

Prieres desde el Camín de Los Sacramentos

Situado de cara al sur, Prieres disfruta de muchas horas de sol y
buena disposición para güertos y tierras de labor. Cuenta con la Ería
y los Praos arriba como zonas de pasto, siembra y árboles frutales,
muy cercanos a las casas y de fácil acceso. Hacia el sur se encuen-
tra la mancha de monte comunal, dominada por el castañu, pero
con otras especies, que se usan principalmente en construcciones,
cierre de fincas y leña.

El ríu Orlé, paralelo a la pista, es la única corriente fluvial de cierta

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