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Pero, sin duda, los dos edificios más emblemáticos del lugar, los que
vieron pasar la vida y los acontecimientos más significativos y en
cuyas paredes está el recuerdo de muchas generaciones de los hi-
jos de Prieres son La Casa del Maestro y La Escuela-Salón, ambos
propiedad de los vecinos y especialmente queridos y valorados por
los descendientes de sus mecenas e inquilinos. También los nenos
de Prieres iban a Tanes para que un maestro, pagado por los pa-
dres, enseñase lo que pudiera a estos escolinos. A finales del siglo
XIX debió de existir una escuelina modesta en Prieres, llamada “La
Sapera”, pero la llegada del dinero de la emigración, el tesón de
unos cuantos emprendedores y la colaboración vecinal propiciaron
la construcción de un edificio destinado a funciones escolares, la
mayor obra de beneficencia de Prieres. Corría el año 1909 y, tras un
siglo, vivió su entrañable y sentido homenaje. A la Casa del Maestro
se la conoce en Prieres como La Casa Habitación, construida en 1922
también con la ayuda y el altruismo de los emigrados en Cuba, fuer-
tes baluartes de la Sociedad Casina de La Habana; fue vivienda del
maestro, centro social para bodas y celebraciones de los vecinos,
vivienda para necesitados y otros usos.

Escuela-Salón y Casa-Habitación

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