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cia de higiene y alimentación. Las primeras malaterías debieron de
ser fundadas como donaciones –era un acto muy grato ante Dios–,
pero terminaron funcionando como un negocio más, ya que los bie-
nes que entregaban los enfermos hacían que fuese rentable. Las
malaterías dejaron de funcionar en el siglo XVIII debido a la reduc-
ción de la enfermedad. En el siglo XIII existen más de veinte malate-
rías documentadas en toda Asturias. Una de ellas es la de Moñu, que
administraba el señor del coto de Orlé, y las más cercanas a ella son
la de Tanes, de Comillera (Laviana) y Vallobal (Piloña).
En Frieru había una alberguería. El edificio tenía dos estancias ce-
rradas: habitación y cuadra. Había un corral abierto en medio. La
estancia en la que se dormía se llamaba “jelechal”. Todo transeúnte,
peregrino, arriero, etc. encontraba techo y refugio de los animales
salvajes además de evitar asaltos nocturnos de los ladrones. Según
cuenta Guillermo Mañana en su libro “A la sombra del Tiatordos”, la
venta de Frieru perteneció hasta 1383 a Rodrigo Álvarez de Asturias,
conde de Noreña, del que dice podía ir desde Noreña a su castillo
de Lillo sin apenas salirse de sus tierras. Después el edificio pasó a
manos de La Iglesia de Oviedo. En 1392, Enrique III la devolvió al conde
D. Alfonso. Dos años más tarde pasa a propiedad de los reyes. Ac-
tualmente es propiedad del Ayuntamiento de Caso, que desgracia-
damente ha permitido que se derrumbe.
La venta era administrada por un ventero que elegían los vecinos
de Caso. En 1645, Gaspar de Caso toma el privilegio de nombrarlo,
aunque él otorga a los casinos la propuesta de seis candidatos en-
tre los que elegir al ventero. La alberguería funcionó hasta finales del
siglo XIX. La apertura de la carretera Campo de Caso - Infiesto hizo
que ésta perdiese su función anterior y pasase a ser de uso gana-
dero.
También hubo en Frieru una Iglesia parroquial, Santa María la Real
de Frieru.
En La Llinar (topónimo derivado de la existencia de cultivos de lino
en la zona) existía una alberguería que había sido construida por
el cura del Tozu en el año 1766. En les camperes del Sellón quedan
las ruinas de la ermita del s. XIV devoradas por la maleza. Era iglesia
parroquial en 1385 y tenía cementerio. En ella se impartió clase a los
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