Page 273 - Virgen del Camino
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durante los que viví y aprendí tanto entre mis nuevos amigos -no pocos
        continúan hoy cerca de mí, casi como hermanos- y los frailes de hábito
 Enrique Muñiz-Alique Iglesias  blanco y verbo fresco que nos iban descubriendo en aquellas fechas de

        sombras, una Iglesia bien distinta, casi en color.
        La formación plural, humanística, asentada en valores de generosidad,
        de respeto, de compañerismo alegre y responsable, de las más variadas
        actividades musicales, teatro, dibujo, literatura, deporte, estudio, oración…
 REGRESO AL CAMINO  consiguió, además de algunos excelentes sacerdotes dominicos, que

        también continúan siendo parte de mi entorno más querido, formar una
 “La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda  legión interminable de prestigiosos escritores, músicos, actores, médicos, etc.
  y cómo la recuerda para contarla”  que llevan por donde van el sello inconfundible y la memoria agradecida de
 Gabriel García Márquez  esos años en el Colegio.

        Más adelante, y durante un largo paréntesis, continué en León mis estudios e
 A esta edad tengo muy claro que para reconstruir o interpretar cualquier   inicié mi vida profesional al mismo tiempo que mantenía contactos frecuentes
 memoria, hay que acercarse de nuevo a ella. Y, en este caso, situarse   y enriquecedores con el Colegio y con muchos de quienes habían sido mis
 en aquellos momentos para tratar de sentir como entonces los heladores   profesores, consejeros y amigos,
 inviernos de los años sesenta del pasado siglo y para mezclarse entre el blanco   Y una tarde de 1984, uno de ellos, uno de mis mejores compañeros y amigos
 y negro de aquella diminuta ciudad milenaria que desperezaba lentamente   del Colegio, Juan Antonio, ofició mi boda ante la misma imagen de la Virgen
 su historia por las cuestas leves que descendían desde su catedral.  del Camino que tanto me influyó y ante la que tantas veces canté con la

 Y por allí sentí, apenas iniciado el bachillerato, el deseo de ingresar en el   Escolanía para orar dos veces.
 Colegio que los Dominicos habían  inaugurado en La Virgen del Camino.   Pues con tal fuerza han permanecido en mi memoria aquellos años de
 Deseo deducible, más que probablemente, de los principios religiosos de mis   convivencia y formación y aquella empatía por este entorno, tan distinto
 padres,  de  los  que  se  desprendía  una  fe  inequívoca  que  los  hijos  íbamos   ahora estética y funcionalmente de aquellos adobes alineados que
 asumiendo e incorporando, como tantas otras actitudes y prácticas, a   pretendían parecer calles, de aquellas típicas  bodegas horadadas bajo
 nuestro pensamiento. La idea entonces de que un futuro sacerdote dominico   pequeñas lomas de tierra rojiza y tapizadas de tomillo y zarzamoras, de
 surgiera desde dentro de aquella hermosa construcción familiar, fue tomando   unas romerías tradicionales e inolvidables en las que se adquirían útiles de
 forma y consolidándose incluso con la conformidad y padrinazgo del abuelo   labranza y se cumplía con los votos y las devociones… que en cuanto me
 que había recibido desde niño alguna formación y relación con la Orden de   surgió la oportunidad, regresé a vivir de nuevo a La Virgen del Camino; en
 Predicadores.  una  casa  construida  sobre  algunas  viñas  que  ya  vendimiábamos  algunos

 Tomada la decisión, y una vez aceptado como alumno, continué mis estudios   niños del Colegio, cuando los labradores lo solicitaban, durante alguno de
 en el Colegio Apostólico de La Virgen del Camino en 1962.  nuestros recreos de septiembre.
 Dejaba -no muy lejos, aunque también entonces las distancias nos parecían   Y de nuevo en el Camino, he visto y vivido la transformación de este entorno,
 enormes- una infancia feliz entre unos padres y hermanos unidos y queridos en   en el que la pequeña Base Aérea Militar de aquellos años sesenta, se ha
 todas las direcciones, para afrontar una vida distinta y no menos amena, con   convertido en una notable Academia Básica del Aire y a cuya sombra ha
 nuevos compañeros que procedían de lugares tan desconocidos entonces   crecido un singular aeropuerto civil de mediana actividad que apenas
 para mí como me resultaban ellos.  entorpece la tranquilidad del vecindario.

 Y en aquel Colegio insultantemente moderno para esa época, diáfano,   Vuelvo a vivir aquí con aquella serenidad aprendida y una especie de
 luminoso,  con  una  grandiosa  piscina,  permanecí  cinco  magníficos  años   melancolía dulce que me devuelve sonidos tenues de cadencias gregorianas
        con las que entonces iniciábamos cuaresmas y otras liturgias escondidas
        entre silencios.
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