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Tradición cristiana y
D.M.A. piedad popular
Diego Macías Alonso
Sacerdote en Onís
En su libro “Datos para la historia del Concejo de Onís”, Don Valentín Medina Gar-
cía, quien fuera secretario municipal del municipio durante varias décadas, afirma: al
hilo de esta historia, de estas reuniones vecinales en los pórticos de las iglesias o a las
puertas del cementerio de Santa Olalla o en el Puente Conceyu, que es un lugar de
Benia donde se adoptaban acuerdos transcendentes en costumbre consuetudinaria…
aparece así recogido como la historia de las personas con sus leyes, con sus acuerdos
o con sus decisiones, que están vinculadas de alguna u otra manera a esos edificios y
a esa tradición que la fe cristiana ha ido empapando a lo largo de la historia.
No cabe duda que la fe, a través de sus tradiciones y manifestaciones, ha ido
dejando en la historia de los pueblos una huella que acompaña a la vida de los habi-
tantes del concejo a lo largo de sus vidas y su historia. Los sacramentos, la cateque-
sis, las predicaciones, las fiestas de los santos o de la Virgen y tantas otras acciones
propias de la fe cristiana, han ido dejando su impronta en las vidas y costumbres de
los habitantes de Onís.
En la actualidad, y ya desde el siglo XVIII, el concejo consta de tres parroquias:
Santa Eulalia (Benia), San Antonio (La Robellada) y Nuestra Señora del Buen Suceso
(Bobia). Y a lo largo de todas ellas se encuentran diseminadas distintas capillas y
ermitas que recogen la devoción a los santos y a la Santísima Virgen María: Nuestra
Señora de Castru y San Roque en Benia, San Julián en el Pedrosu, San José en Avín,
El Santo Cristo en Sirviella, Nuestra Señora de Gracia en Rozada, Ntra Sra. de los Re-
medios en Bobia de Abajo, San Francisco en Demués (ya en desuso) y Santa Marina
en Gamoneu de Onís.
Tanto capillas como iglesias parroquiales son testigos de la cultura y del arte en
la historia a través de las pinturas, de la arquitectura, de los adornos, de la cantería de
sus piedras, del trabajo de la madera y un sinfín de aportaciones que estos edificios
aportan al paisaje y a la cultura de un pueblo como en este caso es el concejo de Onís.
Las gentes de Onís han mostrado -y aún lo siguen haciendo- un sentimiento
de profundo respeto y admiración a la Virgen María en sus distintas advocaciones,
de las cuales la devoción principal en el concejo es la de Nuestra Señora de Castru,
patrona de Benia, que se venera en su capilla de Castru, un caserío que dista unos dos
kilómetros de la capital del concejo. La imagen es trasladada a Benia el primer día de
agosto y retorna en procesión a su capilla el día quince, fiesta de la Asunción. Como
en tantas otras fiestas de la comarca oriental, los mozos portan los tres ramos de pan
(niños, jóvenes y adultos) y las mozas entonan con sus panderetas los correspondientes
cantares. Tras la misa en la iglesia de Santa Eulalia se forma la procesión, que atravie-
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