Page 400 - Somiedo
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La nostalgia llena mis ojos

                                 de memoria



                                 Servando Cano Lorenzo





                            A CLAUDIO RODRIGUEZ  IN MEMORIAM: ÉL ME ENTREGÓ
                    TODA LA EBRIEDAD DEL MUNDO, LA SED DE LA LLANURA, EL SOL
                     DE PLOMO, ME INVITÓ A PONER EL OIDO AL MUNDO, AL VUELO
                        DEL PARDAL, AL AIRE, YO QUÉ SÉ, AL CIELO, AL PECHO DE LAS
                                MOZAS, Y SIEMPRE EL MISMO SON, IGUAL MUDANZA.





            COMO LÁGRIMAS EN LA LLUVIA




                                                        ¡Toda a mí mi infancia / aunque esté lejos!
                                                                                              Claudio Rodríguez



            Yo nací aquí en esta aldea al raso que se va vaciando de espigas, de mugidos y
         de labios. Por si alguien quiere amarme, soy el que ya no puede pensar el mundo
         en términos de Pascua. Todo va oscureciendo ante mis ojos. Vengo como un por-
         diosero a buscar al que ayer fui, como el pez que remonta río arriba para volver al
         lugar donde nació la vida, para que los recuerdos no se pierdan como lágrimas en
         la lluvia. Todo regresa del olvido para que yo lo vea tal como era entonces. Quiero
         adentrarme en el mundo de la vida, más allá de los análisis antropológicos o eco-
         nómicos que intentan explicar los cambios en el desarrollo de las aldeas rurales.
         En toda mudanza hay cambio, hay dolor, pero en mis interrogaciones no hay me-
         lancolía que conduce a la tristeza. Sí hay nostalgia de aquello que se pierde y que
         llena mis ojos de memoria. Quiero ofrecer no palabras sino imágenes grabadas en
         las pupilas del niño que todavía era capaz de experimentar el asombro ante la be-
         lleza de la naturaleza. En la infancia está todo dijo el gran poeta Rilke. Al final se
         vuelve al principio como Antonio Machado en su último verso: “Estos días azules
         y este sol de la infancia” Yo he visto a hombres y mujeres fruncir el ceño y encoger
         el alma porque viene mal el trigo, porque en marzo, las vacas en la cuadra, ya no


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