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el de aquellos dedicados al sector primario. Como ya he comentado
a lo largo de este artículo, el sector primario en Caso, y por extensión
en Redes, ha jugado y juega un papel fundamental en la conserva-
ción de los paisajes, los hábitats y las especies tanto de flora y como
de fauna. Salvo que se quiera ir a un modelo muy diferente, más pro-
pio de otra figura de espacio protegido como es el de una reserva
natural integral -espacios en los que no se contempla la explotación
de sus recursos-, resulta fundamental valorar y conservar todo lo re-
lacionado con los usos del territorio, reconociendo que son los que
más han contribuido a la conservación. Si bien parece que esto es
de sobra reconocido, al menos por una mayoría, todavía no hemos
sido capaces de implementar medidas efectivas que contribuyan a
cerrar este círculo de la conservación. A mi modo de ver, la filosofía
de estas medidas ha de ser fieles al eslogan “el que contribuye a la
conservación de la naturaleza debe ser recompensado”, como antí-
tesis del más conocido y ya aplicado “el que contamina paga”.

En Caso hablar de sector primario es hablar de ganadería en ex-
tensivo para producción cárnica y también de sector forestal. Este
modelo de gestión ganadera que durante siglos se lleva realizando
en Caso es un valor en sí mismo, contribuyendo al mantenimiento de
los ecosistemas propios de los pastos de montaña, ricos en compo-
sición florística, y al mantenimiento de unos paisajes más diversos y
variados, a la par que contribuye a la conservación de otro valor in-
material como es el de mantenimiento una raza autóctona.

Mayada de Melordaña, ejemplo de la contribución del pastoreo a la modelización del
paisaje casín.
Fotografía: Rubén Rodríguez
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