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alguna utilidad, algún nuevo destino. Hubo quien se expresaba recordando
SOLTRA (SOLIDARIDAD Y TRABAJO)
Iñaki Alkorta.
NUEVA EMPRESA EN LEÓN.
Toca remontarnos al entorno del año 2000 cuando en circunstancias muy
particulares se produce una toma de contacto, que a la postre resultaría
fructífera, entre agentes diversos y muy diferentes entre sí, con historias no
llamadas en apariencia a compartir un proyecto en común, pero donde
empiezan a confluir unas “necesidades” concretas de una de las partes, con
el apoyo y compromiso de asesores de un sponsor o mecenas activados
en la búsqueda de alternativas convenientes, y la disponibilidad con mente
abierta de un tercer actor que entra en escena como posible gestor de una
idea sostenible y adaptada a la necesidad enunciada.
Encuentros improbables sería una de las maneras de referirnos al
desencadenante de lo que terminó sucediendo y en cuyo relato nos
adentramos.
LA NECESIDAD PLANTEADA.
Los PP. Dominicos, con una rica historia ligada al territorio de León con su
presencia en el lugar a lo largo de los años y en la actualidad rectores de la
Basílica dedicada a la advocación a La Señora del Camino en la localidad
de La Virgen del Camino, tuvieron a su cargo y dirigieron un centro educativo
con internado en el que durante años cientos de alumnos, leoneses la
mayoría pero también procedentes de otras provincias de España, cubrieron
su escolarización y educación reglada hasta capacitarlos para las distintas
opciones profesionales y vocacionales que les brindara la vida.
El devenir de los tiempos, los procesos de secularización de la sociedad, la
extensa red de oferta educativa pública y privada que siguió floreciendo y
circunstancias añadidas, pusieron final a esta importante aportación que de
la mano de los PP. Dominicos había mantenido su impronta e influencia en
la población leonesa.
Una notable consecuencia de la mentada finalización de los programas
educativos y el cierre del internado con cabida para cerca de 500 alumnos
con su correspondiente abanico de edades, fue que los edificios a ello
dedicados y que con tanto acierto diseñara el arquitecto dominico P. Coello
de Portugal entraran en una fase de desuso que pedía a gritos encontrar
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el “bullicio” que había dejado de sentirse en los edificios y la añoranza de la
energía vital que inundaba sus pasillos el trasiego de tanta juventud.
La Comunidad de los Dominicos seguía gestionando su propio espacio
conventual, la Casa de Ejercicios, la atención al culto en la Basílica sita justo
enfrente al otro lado de la carretera parte del Camino de Santiago que une
a León con Astorga, pero no disponía de ningún proyecto relevante que
pudiera encargarse de poner en funcionamiento los espacios que quedaron
“desanimados”.
Esta se convierte por lo tanto en la “necesidad” a resolver, y aquí interviene
la colaboración y ayuda de la familia del que fuera principal sponsor y
mecenas en la construcción de la Basílica y edificios del complejo conventual
y educativo, D. Pablo Díez y su esposa Dª Rosario Guerrero, cuya vinculación
y ayuda a la Comunidad de PP. Dominicos seguía siendo encomiable en
virtud de la continuidad que le siguieron dando el matrimonio formado por
sus sobrinos D. Antonino Fernández y Dª Cinia González Díez.
En el entorno de los asesores que acompañaban en temas varios a D.
Antonino y su estrecha colaboración con los Dominicos se asume como tema
de importancia la búsqueda de algún proyecto de perfil social que pudiera
ser analizado para su posible elección como gestor de aquellos espacios
vacíos y que pedían algún uso que redundara en beneficio para la sociedad
del entorno en el que se encontraban.
Se barajaron contactos e ideas, tanto en el sector de la educación y
posible destino como Colegio Mayor, gestión de actividades deportivas y
de ocio para personas con discapacidad a cargo de una Organización
de ámbito nacional… cuando se produjo un encuentro casual por el
que una de las personas que había asumido como asesor el encargo
mencionado conoció de primera mano la existencia de una empresa de la
economía social con sede en San Sebastián (País Vasco)y que destacaba
en el panorama español por su manera de abordar la búsqueda de
oportunidades laborales para personas con discapacidad, principalmente
las afectadas por una discapacidad de tipo psíquico y/o intelectual.
Este asesor, Ernesto Lejeune Valcarcel, muy presente en el entramado
jurídico-familiar de Don Antonino, se encontró de manera sorpresiva con una
realidad hasta entonces absolutamente desconocida para él y que según
sus palabras le supuso un impacto muy fuerte hasta el punto de pasar sin
muchas dilaciones a convertirse en su candidato cuasi definitivo para ser
propuesto como opción deseada.
Se trataba de una organización que lleva el nombre de GUREAK (palabra
en vasco que traducida significaría “los nuestros”) y la persona con la que
se produjo este primer encuentro y las sesiones exploratorias posteriores era
Iñaki Alkorta Andonegi a la sazón Director General de la Entidad y que en
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