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Villoria está a la sombra de Peña Mea, y las poblaciones y lugares                       segmentado -muchas veces por la división de sexos- más o menos cerca
        que componen la parroquia se van sucediendo con el río como epicentro,                           del altar, e incluso directamente fuera, fumando. De hecho, puede que las
        como supongo todas las poblaciones se empezaron a organizar en su día,                           iglesias de la cuenca minera fueran la primera avanzadilla de regulación de
        buscando el agua como resorte de vida para establecerse en pequeñas                              espacios para fumadores, quién sabe. Pienso a veces que la relación con
        sociedades, y estructurando así el modo de satisfacer con los diferentes                         la iglesia de la zona está reflejada en las tiranteces constantes de mi güela
        recursos imprescindibles las diferentes necesidades vitales.                                     con el cura del pueblo. Reflejadas porque siempre acababan destensando.
                                                                                                         Siempre enfadada por algo con el cura, algo que había dicho, alguna cosa
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                Villoria, el pueblo, la parroquia , se sitúa en esa cremallera imaginaria                del cementerio, algún cambio no programado. Pero siempre dispuesta a
        de la que hablaba en la cuenca del Nalón, donde se hace más presente                             acudir a la iglesia y cumplir.
        agricultura y ganadería (aunque sea, cada vez más, a pequeña escala) que
        en la parte anterior. Y donde puede disfrutarse de la naturaleza, así como                              Tanto es así lo de la relación con lo clerical y la divinidad, que uno de
        dejarse sorprender por los restos de aquel pasado industrial metido a calzador,                  los sucesos más recordados de la zona tiene por protagonista a la propia
        incrustado en el monte en ocasiones, como los restos de la mina de Fradera.                      virgen  María.  Allá  por los primeros  años 50  (parece que 1953,  aunque el
        Incluso puede disfrutarse de ambas cosas a la vez, transitando rutas como                        año concreto varía según las versiones y las cuentas sobre la edad de las
        la que va de Puente d’Arcu a Tolivia aprovechando el recorrido del tren                          protagonistas en relación a quien lo cuente) sucedió en la parroquia de
        minero, epítome perfecto de la combinación de ese pasado industrial y de                         Villoria otro de esos capítulos que evidencian la imbricación de las creencias
        un presente que lucha por integrar las heridas de esa época y recuperarlas                       en el discurrir vital de la cuenca, y del pueblo. Algo que les sucedió a Amor
        para el entorno.                                                                                 y Milagros (aunque también según la versión aparece alguna protagonista
                                                                                                         más), dos niñas de Les Bories, el pueblo más alto de la parroquia (y del concejo)
               Es llamativo que (aparte del puente medieval, que conserva la
        leyenda de que estuvo precedido de uno romano en el mismo sitio, de ahí                          cuando enfilaban el camino hacia su casa, tras haber bajado hasta Villoria
        el nombre de “romano”, además de su propia planta), por lo que más se                            a por pan. La verdad que es difícil contar lo que sucedió entonces, primero
        conozca Villoria sea por su iglesia (Iglesia de San Nicolás, del S.XII), y por ser el            porque las versiones son diversas, incluso de las personas que vivían entonces.
        lugar de nacimiento de un miembro del clero como Fray Ceferino González.                         Pero sobre todo porque la intención de floritura narrativa no se lleva bien con
        ¿O acaso no parece llamativo que un pueblo de la cuenca, legendaria (y                           la explicación racional, y adornar de brillantes recodos una historia con final
        en parte realmente) roja y anticlerical tenga entre sus referentes hacia el                      conocido se torna difícil. Además, la castañal de la historia, que se llevó la
        exterior símbolos vinculados a la Iglesia?                                                       peor parte de todo, era de mi bisabuela. Una castañal echada a perder, y un
                                                                                                         bisnieto escribiendo sobre ello 70 años después, como si le hubiera entrado
                De hecho, la actitud ante lo clerical, ante el acto religioso, no deja                   un sentido de la proprietas momentáneamente -al menos para recordar el
        de  ser  llamativo  de  por sí,  como  lo  es  en  toda  la cuenca.  Esas  mañanas               episodio- intacto. Como si no hubiera sido difuminado por las décadas.
        de domingo que giran en torno a la hora de la misa, su entrada, su salida,                              En el práu La Fuxaca, en la castañal que era de mi bisabuela
        su vermú (vino, café, caldo…). Esas misas de funeral con el personal
                                                                                                         Mercedes, Amor y Milagros vieron, y así contaron, a la virgen plantada, tal

        1  La parroquia de Villoria está integrada por las poblaciones y lugares siguientes: Arbín, La   que dispuesta a bendecir a la parroquia de Villoria, que quedaba a sus pies.
        Barrosa, Les Bories, Brañifraes, La Boza, Braña Baxo, Braña Riba, Bustiello, El Cabu, Campuma-   Vestida de blanco e iluminada, como manda el protocolo en estas cosas de
        yáu, La Caúcia, El Cerezaliru, El collaín, El Colláu, Corián, El Corazal, La Correoria, El Fabarie-  las apariciones. Aquel día, las niñas llegaron corriendo, temblando y llorosas
        gu, Faiseques, Febreru, Fechaladrona, Fonfría, Los Fornos, Grandiella, Grandón, La Llosagra,
        El Llosón, El Meruxal, Les Mestres, Migalpiri, La Paraína, Piedresnegres, El Pisón, La Pumará, Les   a sus casas. A partir de ahí el suceso corrió como la pólvora, y el interés en la
        Quintanes, La Reondina, Reondo, El Ribayón, El Rosil, Sampedro Villoria, Sograndiella, Solano    zona fue creciendo. Furor, o más exactamente fervor, si hablamos de estos
        Baxo, Solano Cima, Tablazo, Tarrucio, El Tendeyón, Los Tornos, Valdelafaya de Baxo, Vallicas-
        tañal, Los Veneros, Villoria, Viscozá y la Xerra la Collá los Veneros                            temas. Tenemos que tener en cuenta que la primera mitad del siglo XX fue


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