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En 1929, Joaquín Velasco vuelve a negociar un convenio para las sinergias que se res” que recita El Solitario y se lleva al joven Salvador García Magdalena, que muere
pueden obtener de los encuentros d elabores entre Coto Musel y DF, en sus minas
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respectivas del Cantiquín y Santa Bárbara .
LA GUERRA DE LOS AÑOS 30
En 1930, ante la creación en Oviedo del Orfanato Minero de Asturias, fue nombrado
el primer director en la persona de nuestro director de Coto Musel Ernesto Winter
Blanco pero en 1936, a causa de extrañas desavenencias, fue destituido precisa-
mente por las tensiones anti-natura del Frente Popular, siendo sustituido por el diri-
gente anarquista Eleuterio Quintanilla. El Alzamiento le pilló aún en el Orfanato, sien-
do detenido por el coronel Aranda, quien lo interroga personalmente, sin apreciar
cargos en contra y poniéndole en libertad. Sin embargo, en la madrugada del 6 al
7 de noviembre de 1936, un grupo de incontrolados, supuestamente falangistas, lo
detuvieron en el Orfanato junto a su homónimo hijo, siendo ambos fusilaron en la
parroquia Pando, junto a las vías del ferrocarril, siendo otra de las muchas páginas
totalmente en negro de aquellos nefastos días .
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El jueves 14 de agosto de 1930 dedica el periódico El Noroeste, de Gijón, dos páginas
a las fiesta del Otero en Laviana. “El Solitario de Tiraña” publica una poesía que titula
“¡Minero!”, en la que pide que por un día cambie el minero el dolor de la mina y acu-
da a la romería. Cuatro meses después vuelve la mina a presentar las “penas y dolo-
muchas de ellas nunca halladas. Había sido alcalde de Laviana y facultativo jefe de Coto
Musel hasta ser despedido en 1928.
25 Pedro Fandos & Marino Iglesias (2004): “DEJARON HUeLLA”.
26 En total hemos podido documentar el asesinato de 28 ingenieros, durante la revolución y la
guerra, 15 de ellos de Minas, 9 Industriales, 2 de Caminos y 2 Agrarios. El que recibió el primer
tiro fue Rafael Rodríguez Arango, a las 5 de la madrugada del primer día de la revolución,
cuando un grupo supuestos mineros de La Nueva (minas que él dirigía) golpearon la puerta
de su vivienda y lo acribillaron cuando él mismo salió a abrirles. Al día siguiente fueron muertos
los dos ingenieros Miguel Durán, padre e hijo, director y subdirector de la fábrica de explosivos
de Cayés, en Lugones. El padre, Miguel Durán Walkinshaw había publicado la obra “Atlas
Geológico y Topográfico de la provincia de Oviedo. Con los principales cortes y datos
geológicos de los estudios hechos por los eminentes geólogos Schulz, Barrois y Adaro”. Días
después vinieron los terribles fusilamientos de Turón, donde depredadores errantes quitaron la
vida al director de aquellas minas Rafael del Riego. Irónicamente, un tiempo antes, el propio
pueblo turonés, agradecido por las muchas mejoras, le había tributado un homenaje. El
acto había sido muy sencillo y el presente que más agradeció el ingeniero fue un álbum con
dedicatorias de todos sus trabajadores. Ya en 1936 cayeron mucho otros: Ramón Rodríguez
Navarro, Antonio Castells Huerta, Luis Suárez del Villar, Ramón Rodrigáñez y un largo etc.,
todos bajo balas rojas, excepto nuestro director de Coto Musel Ernesto Winter y su homónimo
hijo, cuyos asesinatos se achacan a falangistas pero es necesario penetrar en el enmarañado
laberinto de aquellos días para aclarar, entre otros fondos de saco, por qué el bueno de
Winter había sido defenestrado para colocar en su lugar al anarquista Eleuterio Quintanilla.
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golpeado por un costero mientras arrancaba el carbón de la capa María del 5º piso
(Acta 5-12-1930). Es el 2º accidente en la misma capa en menos de una semana tras
las heridas graves que otro costero le produjo a Faustino Suárez González. 27
En aquel verano de 1930 la Sociedad Coto Musel colabora con un anuncio donde
se vanagloria de las 90.000 t que produce al año, de carbones de gas, bajo direc-
ción del facultativo Aurelio Fernández Antuña, hombre que en la posguerra sufrirá el
acoso de los fugados, siendo secuestrado en septiembre de 1947 por las dos parejas
de fugados Aladino y Onofre, y los hermanos Caxigales. El facultativo era cuñado
de José Vázquez, uno de los héroes que en mayo de 1929 murieron por salvar la vida
de sus compañeros en la catástrofe de La Sota. Previamente y a punta de pistola
habían parado la camioneta de Eustaquio Sánchez Argüelles al que obligarán a
conducirles hacia la Falla de los Lobos (valle de Tiraña), con ambos secuestrados y
haciendo bromas sobre el antiguo “camión de la muerte”, que diez años atrás ha-
bía circulado por la cuenca llevando “paseados”. Junto con el facultativo Aurelio
secuestran también a su ayudante Armando Zaera Infanzón, el cual, en una de las
fuertes curvas de la subida, consigue saltar de la caja fúnebre que ya aquella ca-
mioneta. Zaera había sufrido en la guerra la desaparición de su hermano Estanislao
Zaera Infanzón, muerto en combate el 8 de mayo de 1938, en Aliaga (Teruel). No
le disparan para no alertar al destacamento de policía que había cerca y pudo
escabullirse por un denso castañedo. Mientras, a la familia del facultativo le llega
una nota mecanografiada en la que valoran su vida de aquel en 700.000 ptas (una
fortuna para la época), y añaden: “Si no se cumplen nuestras instrucciones, el prisio-
nero será fusilado sin contemplaciones. Recuerden el caso del ingeniero Arriola de
León ..… De vuestra decisión depende la vida de vuestro querido esposo y padre”.
Tres días después se resuelve felizmente el secuestro. La familia paga la fabulosa
suma ¡sin que nadie en la guerrilla sospeche de la inaudita liquidez de la familia, por
muy facultativo de Minas de Coto Musel que fuera! Entrega el paquete de billetes el
propio hijo, Luis Aurelio Fernández Escandón, quien años después sería ingeniero de
Minas en DF e interviniendo al final, siendo ya directivo de HUNOSA, en la integración
y cierre de Coto Musel en 1969 (¡las vueltas que da la vida!). Añade Gómez Fouz que
está presente en la resolución del caso “el Francesito” un avispado maquis llegado
de Francia y que se queda una fuerte suma del rescate porque tiene en marcha una
operación de compra de armas y de uniformes de la Guardia Civil (diríamos que la
27 El citado Salvador García Magdalena, muerto en Coto Musel en diciembre de 1930 quizá
pudiera corresponder con el Manuel González Magdalena, que según Trillo (2016), murió
en accidente de mina en Coto Musel, pero que no he podido localizar en ningún Acta de
Policía Minera. Era uno de los 68 afiliados que tenía la AS de Laviana a fecha1-4-1937. Añade
igualmente que era hermano de Segundo y Marcelino González Magdalena y que este
último fue asesinado el 21-12-1937. (Manuel Fernández Trillo: “La represión fascista en Laviana
y Alto Nalón”, 2016; se trata de una obra impropia de un profesor, con sectarismo ramplón,
repeticiones abundantísimas y enrevesada metodología (si es que tiene alguna). Diríase que
el autor prima al relato muy por encima del dato.
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