Page 848 - Virgen del Camino
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Los familiares de ambos jóvenes se despidieron de ellos con abrazos y lá-                       Confortado el conde con la respuesta de Aldonza, dijo a Suero que lla-
        grimas. Y los dos fueron al Noviciado. En los primeros días todo les era nuevo                   mase a los obreros y artífices necesarios para ejecutar la obra. Era el sitio
        y extraño: el escenario y las figuras, el paisaje y las personas. Todo era nuevo.                áspero e inculto, con jarales y rocas, a orillas del Narcea.
        Les agradaba. Y cada vez les sorprendía menos. Sobre todo, cuando iban                              Pronto surgió la iglesia en honor de San Juan Bautista. Luego, el monaste-
        llegando más postulantes y formaban una fraternidad juvenil.
                                                                                                         rio, que ocuparon doce monjes benedictinos, a quienes los condes colmaron
            Por entonces, novicios, prenovicios y estudiantes tenían un Maestro co-                      de bienes y favores. No eran escasos; por lo que declaraba el testamento:
        mún. Conocieron la historia del convento. Larga historia de nueve siglos. La                     «Damos y concedemos al monasterio todas nuestras heredades desde el río
        escucharon con juvenil curiosidad. Les valió para entender muchas cosas                          Duero al mar Océano, desde el río Eo al río Deva».
        que habían visto en el recorrido por la iglesia y el convento. Resumida en                          Con estos fundamentos, el monasterio alcanzó suma importancia. Ejerció
        breves trazos, la historia fue así.
                                                                                                         jurisdicción e influencia decisiva sobre todos los monasterios del occidente de
                                                                                                         Asturias anteriores a él. Obona, Bárcena y Cornellana se oscurecieron ante el

            2.  Fundación e historia del monasterio                                                      monasterio de Corias. El rey Bermuda III (1027-1037) contribuyó a la grandeza
                                                                                                         del monasterio dando fincas situadas en el valle Pesgo para redondear los
            Los condes don Piñolo Jiménez y doña Aldonza Muñoz habían tenido en                          términos de la abadía, a la que eximió «para siempre» de la jurisdicción real.
        su matrimonio cuatro hijos, muertos en tierna edad. Siglo XI. Sin esperanza de
        tener sucesión, determinaron fundar una iglesia o monasterio que pudiera                            La iglesia ya estaba hecha en 1031, según la donación real. En la carta
        heredarles. Mas pasaban los días sin tomar tal resolución. Y Dios habló en                       de cambio de 1032, el mismo rey declaraba: «Recibo de los condes castillos
        sueños al mayordomo:                                                                             y villas para que les deje construir el monasterio de Corias exento de toda
                                                                                                         servidumbre regia».
            -Levántate y di a tu señor que realice lo que tiene pensado. Que vaya con-
        tigo a Corias y edifique allí un santuario dedicado a mi precursor Juan Bautista.                   En el testamento de los condes se dice que había sido consagrado por el
                                                                                                         obispo Froilán, de Oviedo. Lo dieron a esa diócesis el día de la dedicación,
            Suero no comunicó al conde la visión. Ésta se repitió con amenazas. Pero                     así:
        él temió que su amo le calificara de adulador y embustero. En la tercera
        visión le mostró una iglesia que bajaba del cielo sostenida por cadenas y                           «Yo, el mencionado conde Piñolo con mi cónyuge doña Aldonza hace-
        acompañada de ángeles. El sitio estaba cubierto de zarzas. Pero al momen-                        mos carta testamentaria a tí don Froilán, obispo de la misma sede ovetense,
        to lo vio limpio y dilatado. Y le dijo:                                                          con tal condición que siempre se mantenga la regla de San Benito bajo este
                                                                                                         bendito abad. Y cuando al abad del predicho monasterio le llegue el fin de
            -Mira y vete. Y dile a tu señor el lugar que te he señalado. Y, porque rehu-                 su vida, se ha de elegir abad de entre los monjes moradores en el monasterio
        saste obedecer a mi mandato, llevarás esta señal en la cara.                                     y no en otra parte, si es que en tal Orden se halla alguno digno. Y hacemos

            Y le dio un bofetón en la mejilla izquierda. Le quedaron señalados los de-                   este pacto. Que mientras vivamos, retengamos el predicho monasterio por
        dos. Espantado por el golpe, fue al conde. Hablaba éste con su esposa. Le                        mano del obispo de Oviedo. Y después de nuestra muerte lo donamos con
        dijo Suero:                                                                                      todos nuestros bienes al obispo ovetense».

            -Conde venerable, tú eres mi señor y yo tu soldado fiel. Escucha mis pala-                      Se fundó y creó el monasterio el 28 de abril de 1044
        bras, que son orden de Dios omnipotente.                                                            El primer abad fue don Arias Cromaz, familiar de los condes, célebre por

            Le refirió la triple visión y le mostró la huella en su rostro. Piñolo, airado, se           su virtud: fiel, prudente y estudioso desde niño. El conde le movió a ordenar-
        volvió a la condesa:                                                                             se. Y logró que don Froilán le consagrase abad en la iglesia del monasterio.
                                                                                                         El abad prometió obediencia al obispo consagrante. Éste había llevado a
            -¿Acaso te atreviste a revelar mi secreto, que sólo a tí comuniqué?                          Corias los monjes de San Vicente de Oviedo. Y quedó tan prendado de la
            Ella le dijo, serena y sonriente:                                                            vida monástica de los monjes que posteriormente renunció a la silla episco-
                                                                                                         pal para vivir en el monasterio. Murió años después en olor de santidad. Le
            -No pienses que me haya atrevido a publicar tu voluntad, agradable a
        Dios. Y por eso Él te manda que la cumplas.                                                      sucedió en la sede don Arias Cromaz.


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