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Las zonas montanas de substrato ácido, también se encuentran
        pobladas por un denso hayedo, dentro del cual, en sitios de suelo
        más seco, se puede intercalar algún roble albar o ‘caxigu’ (Quercus
        petraea), mientras que, en los que hay mucha humedad edáfica, es
        el abedul o ‘bedul’ (Betula pubescens) quien le acompaña o pue-
        de aguantar el encharcamiento en solitario. Los pastos robados al
        hayedo se llenan de piornos (Genista florida) que forma una areola
        alrededor del hayedo, porque se protege con su veneno del inten-
        so pastoreo. Además, en altura, a más de unos 1400 m, el haya ya
        no soporta el frío, siendo entonces el abedul quien toma el relevo
        en los suelos ácidos y frescos, formando un bosque poco denso y
        con abundantes matas de ericáceas, llamado abedular, allí son fre-
        cuentes los brezos o ‘uzas’ Erica arborea y ‘gorbizus’: Calluna vulga-
        ris, Daboecia cantabrica, y también las arandaneras o ‘arandanales’
        Vaccinium myrtillus. En estas zonas de suelos ácidos, ya cercanas a
        la provincia de León, crecen algunos pinos albares (Pinus sylvestris),
        también considerados autóctonos.




        Plantas del piso subalpino

        En Caso, a partir de los 1600-1800 m, el bosque no se puede desa-
        rrollar, a causa del intenso frío, pero sobrevive allí un matorral bajo,
        de hoja perenne, en el que la especie característica es el enebro
        postrado o ‘nerbu’ o ‘anebro’ (Juniperus communis subsp. alpina),
        estamos en el Piso Subalpino, que alcanza una amplia franja que va
        desde el límite del bosque hasta las cotas más altas del municipio.
        En este piso, sobre substratos básicos, el enebro rastrero se aso-
        cia frecuentemente a una mata rastrera de hoja perenne y precoz
        floración blanca, llamada gayuba, ‘gabuxa’ o uva de oso (Arctos-
        taphylos uva-ursi), que posee correosas hojitas redondeadas apre-
        ciadas como medicinales; más raramente el enebro prostrado está
        acompañado por la venenosa sabina rastrera (Juniperus sabina);
        por encima del matorral aparecen alternándose con las peñas los
        pastos de altura, en ellos nos cabe destacar un pasto duro, la endé-
        mica Festuca burnatii entre otras muchas hierbas.

        Por otro lado, en estas altitudes, cuando el suelo es bien ácido, o
        bien calizo descarbonatado y por tanto ácido, podemos ver a dos
        tipos de arandaneras (Vaccinium myrtillus y V. ulginosum subsp.


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