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de La Felguerina. Y luego, andando los milenos supieron verlas y beneficiarlas, cierto Tras la concesión Entralgo vinieron el 1º de junio del mismo año 1876 las concesiones
que sin mucho éxito, José Ramón Arias Cachero, en 1838; y Antonio Faes en 1841.
Incluso montaron para la metalurgia, en El Condado, un horno y un taller del que
restan algunos muros; pero el fracaso les vino a aquellos dos avanzados señores de
la mano de dos elementos contra los que no pudieron, o no supieron, luchar: el anti-
monio y el arsénico que contaminaban el cobre en abundancia. Tampoco supieron
qué hacer con el zinc, ni cómo vencer las dificultades del transporte.
Topónimos, en fin, como Ferreros, Veneros, Forno, etc, dan buena fe de una pro-
to-minería que nos puede llevar más allá de los romanos, adentrando el territorio
lavianés por los tiempos prehistóricos que denotan la fíbula y el hacha de bronce lo-
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calizados en Tiraña, además de otros hallazgos del concejo . También apunta a ello,
a poco que nos liberemos de prejuicios, los muchos paisajes tocados por la mano del
hombre y que vengo reiteradamente exponiendo, cierto es que con más ostracismo
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que fervor, en ni teoría de las “CaverMinas”, es decir cavernas que fueron minas .
Pero volvamos a la aldea perdida y la búsqueda de la joven Demetria, desapareci-
da en alguna de las minas del entorno de Canzana, Mardana y Carrio.
Decíamos que la apertura de Coto Musel había sido en el año 1876. Para ser preci-
sos, y como suele suceder por mor de la legislación, la mina no se abrió en Laviana
sino en Oviedo, con el registro a principios de año de la primera concesión que no
podía llevar otro nombre que “Entralgo”, parroquia natal de don Armando Palacio
Valdés. El registrador de Jefatura de Minas le asignó el nº 3.163, porque esas eran las
minas hasta entonces registradas en Asturias, la mayoría de hierro y cobre e incluso
de aguas minerales, si bien es cierto que desde 1825, con la publicación de la pri-
mera Ley de Minas, y en especial desde 1852, con la construcción del ferrocarril de
Langreo, los registros de carbón habían ido desplazando, aceleradamente, a todas
las demás sustancias. 4
2 Del patrimonio arqueológico del concejo de Laviana ofrece buena relación Ramón
FERNÁNDEZ-RAÑADA en “Catálogo Urbanístico de Laviana: Lugares y Elementos
Arqueológicos”, 21-9-2011)
3 En mi artículo “Descenso Turbulento por las Aguas Casinas” (2020), del libro sobre el concejo
de Caso, coordinado por Covi Carcedo y editado por la Asociación Asturias Actual, tuve
ocasión de poner varios ejemplos de paisajes que tienen muy difícil explicación geológica y,
sin embargo, muy fácil explicación desde la teoría de las CaverMinas, aún así denostada en
su totalidad por el pensamiento ortodoxo.
4 El complejo protocolo de las concesiones, que en su día reprodujo el propio Schulz, con
la concesión langreana de La Formiguera como ejemplo, fue publicado por el facultativo
langreano Julián GARCÍA MUÑIZ (1930: “La Industria Hullera”, facsímil 2002, con nota biográfica
por Mercedes Mateos).
Este prohombre de la minería del Nalón (Sama 1891; ¿Teverga, 1937?), que en 1934, siendo
concejal de Langreo, habría intentado crear un museo de Paleontología (a raíz de los fósiles
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Generalife y Alhambra (números 3.555 y 3.556 respectivamente), de 16 y 18 hec-
táreas o “pertenencias”. Dos meses después, en agosto, se hace lo propio con la
enorme concesión Musel, nº 5.124, de más de un millar de pertenencias. Fíjese, ami-
go lector, la desmedida ambición que se traduce de que a unos primeros registros
de apenas decenas de hectáreas siga una concesión “Musel” de ¡1.020 hectáreas!.
Luego vendrían las concesiones (popularmente “minas”), Tardía, nº 4.196; María, nº
7210 (noviembre de 1884); y María 2ª, nº 7251 (mayo de 1885). Estas concesiones Ma-
ría y María 2ª darían nombre a la capa que en otras zonas de la cuenca minera se
conocería como 3ª Generala. Se fue conformando así un gran “coto” (o agrupación
de concesiones) con el nombre de “Coto Musel”. Dado, además, que en Asturias
se acababa de vivir, pocos años atrás, la gran polémica para la construcción del
puerto de Gijón, que originó la muy asturiana y secular división en bandos (en este
caso entre Muselistas y Apagadoristas) , no es extraño que el nombre de la conce-
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de “dinosaurios” hallados en el pozo Fondón por el ingeniero Ignacio Patac), desapareció en
el torbellino de la guerra sin dejar huella. El día de Año Nuevo de 1937, siendo Delegado de
la Dirección de Comercio y Minas y habiendo confeccionado unas “guías para la circulación
de carbones minerales por ferrocarril y carretera” y publica una nota por la cual advierte que
“queda prohibida toda circulación que no vaya acompañada de estos documentos ... Única
forma de acabar con el fraude y la especulación en un elemento que como el carbón es
primordial para la guerra y de necesidad para la población”. Él mismo sufriría las restricciones
pues se había hecho con la propiedad de una mina en Teverga. Doce días después (12-1-
1937) manda una carta a su amigo Belarmino Tomás, protestando porque “... los milicianos
destacados en Teverga, que se hallan desde hace mucho tiempo completamente inactivos,
y por lo mismo entregados a la ociosidad más desenfrenada, cometieron la torpeza de
quemar dos retablos de gran valor artístico, uno depositado en el Palacio del conde Agüera
-que dicho sea de paso, lo han dejado devastado- y otro en la capilla de la Magdalena.
Estas milicias quemaron también hace pocos días unos sillones de bambú importados de
Filipinas, de gran valor. Es lamentable, amigo Belarmino, que estos hechos se produzcan en
estos momentos en que las milicias ya están más controladas con una organización que no
teníamos en los primeros días del criminal levantamiento fascista. En Teverga queda aún la
Colegiata, declarada Monumento Nacional; es una joya artística del s XII ... Mucho me temo
que corra la misma suerte ... En la parroquia de Villanueva, del mismo concejo de Teverga,
hay una iglesia, también de gran valor artístico, donde ya las milicias hicieron grandes estragos
.. Pues está destinada a depósito de víveres ... Tuyo y de la causa, Julián G. Muñíz”. Esto causa
una réplica furibunda de la CNT contra el bueno de Julián García Muñiz y es la última pista
se tiene de él. (“Avance” 18-1-1937, Gran Enciclopedia Asturiana, GEA-1970: 178-179. Luis
Jesús Llaneza (2007) aporta numerosos datos biográficos en pág. 300 de su libro “Escuela de
capataces de Asturias, 1855-1913”. Causa General lo inculpa de varios crímenes en el Pinar
de Lada y en Pajares, entre otros del secretario del Ayuntamiento de Langreo, Benjamín o
Belarmino Fernández García: Archivo Histórico Nacional, leg 1338-1, Estado nº 1 Ayuntamiento
Langreo, PJ Laviana.
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Lamenta Fuertes Arias (1902, p 74) que la polémica entre Apagadoristas y Muselistas repitiera
la “no menos aviesa polémica”, entre defensores de la Carretera Carbonera y la Canalización
del Nalón, “en que el blanco de la ira lo era entonces Jovellanos”.
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