Page 825 - Salas
P. 825

San Salvador de Corniana

            patrimonio monástico de Corniana, enriqueciéndolo con nuevas heredades. En 1122 lo
            entregó a Cluny, para que formara parte de la Congregación benedictina cluniacense,
            consiguiendo también el privilegio de coto e inmunidad de sus hombres y sus bienes de
            Alfonso VII (1126).  El obispo Pelayo tratará de hacerse con el cenobio renovado como
            había lo había intentado con otros monasterios (1128), pero no le salió bien la empresa:
            sería depuesto por el propio rey, secundado por el gran arzobispo Diego Gelmírez de
            Compostela (1130).

               Sabemos que la presencia de Cluny y de sus monjes en San Salvador de Corniana
            durante el siglo XII y XIII no se hizo notar demasiado. A partir del XIV, el abad y los monjes
            del monasterio del Narcea campeaban a sus anchas, ampliando y gobernado un amplio
            patrimonio monástico a la manera de un señorío feudal colectivo, planamente consolidado
            ya. Gutierre de Toledo, obispo d´Uviéu, ordena para San Salvador de Corniana, al igual
            que para otros monasterios de monjes y monjas asturianos, unas constituciones y reforma
            (1382). Pero los proyectos renovadores de este gran prelado no debieron de surtir los
            efectos esperados. A finales del XV y comienzos de XVI la casa de Corniana sufrió, como
            otros muchas, la plaga de abades comendatarios, muy bien perfilados por el A. Yepes en
            su Historia de la Orden: “En muchas ocasiones en que hemos tratado de los monasterios
            de España y de fuera de ella, se ha dicho como los abades seglares comendatarios los
            destruían  y asolaban, por lo cual los reyes de estos reinos pretendían sacarlos de su poder,
            porque no trataban del bien de los religiosos, sino de aprovecharse de sus haciendas,
            rentas y posesiones; y era tanta el hambre y la sed de estas arpías que no se contentaban
            con usurpar la hacienda y renta de una sola casa, sino que se solían apoderar de dos, tres
            y cuatro; los tiempos miserables y de cismas, fueron la causa de estos abusos” (Crónica de
            la Orden de San Benito…, I, 372).
               San Salvador de Corniana, con Santa María la Real d´Oubona, se integra en la
            Congregación de San Benito de Valladolid en 1536, después de pagar costosas rentas
            para la “pensión” de sus dos últimos abades comendatarios. Los tres últimos siglos de la
            historia moderna de nuestro cenobio, discurre con normalidad entre los esfuerzos de la
            nueva congregación de Observancia -Capítulos Generales, definidores, visitadores- y los
            problemas frecuentes, derivados de la explotación de sus bienes fundiarios y las renuencias
            de los colonos para subvencionar los imponentes costos de la gran fábrica residencial,
            que aún puede contemplarse y admirarse en la actualidad. La casa de Corniana cerrará
            definitivamente sus puertas en 1836, como resultado de ese complejo y bien conocido
            proceso de la “desamortización” de Mendizábal, como ocurriría con otros muchos
            monasterios y casas de Asturias y de afuera.



















                                                 825
   820   821   822   823   824   825   826