Page 892 - Laviana
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La militancia republicana de Emilio, fue el motivo por el que estuvo preso                                         de mis sentires, todas las flores,
        en el penal de Burgos y condenado a muerte, la pena fue conmutada.  En
        Laviana apoyó decididamente a la República y, como era de esperar, sufrió                                                de mis cariños, todos los besos.
        la cruel represión: no solo su familia recibía el constante acoso de los fascistas,                                    La luz perenne que enfoca el cielo,
        el propio Emilio sufrió la crueldad de aquellos fanáticos. En abril de 1948, tal
        vez con la intención de llevarlo al Pozu Funeres, fue brutalmente golpeado y                                              la gama toda del fértil suelo,
        tirado en la calle. “Una vecina, que se apercibió de que aún vivía, lo recogió                                                    los horizontes,
        en su casa y en secreto le practicó las primeras curas. Para ello, hubo de
        quitarle la ropa que llevaba que, tras los golpes recibidos, estaba pegada a                                            nieves y brumas, los altos montes,
        su cuerpo; al ir quitándosela, salía tanto la ropa como la piel y la carne a ella
        pegada por los golpes ”.                                                                                                   todos los iris, todos los mares
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              Superada la guerra civil, Emilio colabora con la revista Norte, publicada                                         con sus espumas, la vida entera,
        por Alfonso Camín entre Cuba y México, en la que “aparecen nuevos versos,                                                fueron el lino que en mis telares
        revisiones  de poemas  antiguos y  publica también dos textos en prosa de
        evocación poética, “Cabeza de Castilla” y “La cartuja de Miraflores ”.                                                    dieron colores a mi bandera.
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              El 12 de abril de 1952, Emilio se casó con Rosa González González, una                                                   ¡Manes de ascetas,
        mujer viuda como él, con la que había iniciado una relación. “El casamiento                                                de visionarios y de poetas:
        se celebró en Pola de Laviana porque don Joaquín Iglesias, el cura párroco
        de la capital del concejo, que luego fue canónigo en Covadonga, era                                                  sombras queridas que en larga espera
        un cura comprometido con sus vecinos y, como tal, comprensivo con
        situaciones especiales, como aquella de Emilio y Rosa que llevaban varios                                              vagáis, llorando, por la alta esfera;
        años conviviendo y habían tenido incluso una hija, Agustina, que para su                                              almas sencillas, que entre la sombra
        desgracia vivió muy pocos años: cuando aún no había cumplido los diez,
        murió de leucemia, dejando a Emilio Díaz sumido en una melancolía que lo                                               de hostil olvido hoy nadie nombra;
        acompañó hasta el mismo momento de su muerte ”.
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              El 13 de agosto de 1968, durante el acto de lectura del pregón de las
        fiestas del Otero de Pola de Laviana, que aquel año pronunció el también                                              tiemblan los astros del firmamento…
        poeta Efraín Canella, Emilio Díaz recibió uno de los premios en el certamen                                                    Cuando me muera,
        poético que había organizado  la comisión de festejos polesa. Dos años
        después fallecía en su casa de Puente d’Arcu.                                                                           cuando no pesen sobre mi vida,

                                       Cuando me muera,                                                                        con su carroña, mis pobres huesos,
                                 amortajadme con la bandera                                                                      iré a buscaros con la bandera

                                que tremolando voy por la vida,                                                                en cuyos pliegues prendió la gloria

                                 ella, que sabe de mis amores,                                                                   todas las albas, todos los besos,
                               hará que broten sobre mis huesos,                                                                 todas las palmas de la victoria!


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