Page 864 - Virgen del Camino

entraron en fila precedidos del Maestro Padre fray Rafael Ortega. Postradas
ante el prior, éste preguntó qué pedían. Respondieron:
-La misericordia de Dios y la vuestra.
-Levantaos.
Escucharon la plática: sentido de la profesión, naturaleza de los votos, la
Orden, las observancias. Todo ello, aprendido en el noviciado. Ahora sería
realidad.
Luego les preguntó si estaban dispuestos a profesar. Respondieron que sí.
Cada uno fue arrodillándose con la fórmula escrita de la profesión. Ponían
las manos sobre las Constituciones que sostenía el prior. Tocaba simultánea-
mente las manos del novicio. Y éste leía en voz alta la fórmula de profesión,
en latín. Llegado el turno a fray Pablo, leyó en voz clara. La vertemos al cas-
tellano:
-«Yo fray Pablo Díez, hago profesión y prometo obediencia a Dios, a la
bienaventurada Virgen María, al bienaventurado Domingo y a tí, M.R.P., fray
Fernando Argüelles, prior de este convento de San Juan Bautista de Corias
en lugar del Rmo. Padre fray Andrés Fruchwurt, Maestro de la Orden de los
frailes predicadores y sus sucesores, según la regla del bienaventurado Agus-
tín y las instituciones de los frailes predicadores, que seré obediente a tí y a
tus sucesores por tres años. Recíbeme, Señor, según tu palabra y no me con-
fundas en mi esperanza».
Acabada la profesión, permanecieron postrados mientras la Comunidad
cantaba el «Venir Creator». Finalizado, a una señal se levantaron y recibieron el
abrazo del prior y del maestro. Había precedido la misa conventual solemne.
En virtud del voto de obediencia, que incluye los otros dos, el novicio se
convertía en profeso por tres años. Una segunda prueba para sondearse y
ver si es verdadera su vocación. La luz interior de Dios y el consejo del Maes-
tro, de los confesores y de los religiosos prudentes le harán ver si puede dar el
paso definitivo de la profesión solemne o ha de renunciar a la vida religiosa
por no estar llamado a ella.
Corias era una casa de estudios para la formación de los religiosos. Hasta
1892 se cursaba toda la carrera eclesiástica según el plan del Padre Larroca.
Ese año se trasladó la teología a Salamanca. En Corias quedó la filosofía con
asignaturas de formación literaria y científica.
En 1896, el Capítulo provincial de Vergara hizo un nuevo plan de estudios.
En dos clases diarias estudiaban matemáticas y aritmética y álgebra hasta el
7 de marzo. Luego, hasta el fin de curso, geometría y trigonometría. El curso
se dividía en dos partes: gramática hasta el 7 de marzo y después retórica
hasta el fin de curso. El segundo año: física y química, historia universal y de
864
España. En los dos años de estudio de filosofía se añadió historia de la filoso-
fía, griego y francés. Había tres clases diarias: dos por la mañana y otra por
la tarde.
Durante la filosofía no se omitían los círculos escolásticos en clase; ni los
actos solemnes, los jueves, en la sala capitular ante profesores y estudiantes.
Para ejercicios literarios servían las academias particulares. Y las veladas, va-
rías veces al año.
Fray Pablo empezó los estudios eclesiásticos. Durante el curso 190 l-1902
estudió matemáticas, gramática y geografía. En estas dos obtuvo notable y
sobresaliente. De 1902 a 1903 estudió física, historia natural y geología. Ésta,
con notable. En francés, sobresaliente. De 1903 a 1904 estudió griego y filo-
sofía, ambas con sobresaliente. Tres cursos, diez asignaturas: seis notables y
cuatro sobresalientes.
Estos años de vida dominicana fueron muy fecundos para fray Pablo. Los
cuatro años bastaron para descubrir su talento y adquirir una personalidad
firme, enriquecido su buen natural con una conducta recta y sentimientos
humanos. Su proyección posterior lo evidenciaría. Los connovicios dijeron de
él que había vivido los cuatro años como «un perfecto dominico». Estudioso
y observante «y el más listo de sus compañeros». Esto dijo el Padre Alejandro
Manguán, condiscípulo suyo. También lo fue el Padre Beltrán de Heredia y el
Padre Eustaquio del Hoyo, tío de Isidoro, ya mencionado, novicios en Padrón,
pero estudiantes en Corias. Y otro condiscípulo, el Padre Juan Prieto, decía
que fray Pablo «gozó siempre del afecto y acogida plena de sus connovicios
y condiscípulos. Era estudioso, inteligente y servicial».
8. Misterios pascuales
Observador atento, vivía intensamente la liturgia dominicana en sus diver-
sos aspectos. Se han señalado algunos. Otros merecen destacarse.
Comenzaba la cuaresma con el Miércoles de Ceniza. Ya creaban at-
mósfera penitencial las tres semanas anteriores Septuagésima, Sexagésima y
Quincuagésima. En ésta incide el Miércoles de Ceniza. Liturgia impresionante
y aleccionadora.
Semana Santa. La música gregoriana impregnaba de profundo sentido el
desarrollo de las ceremonias. Fray Pablo tomaba parte activa en ellas.
La procesión del Domingo de Ramos con tenía gran sentido teológico.
Acabada tercia, el prior con alba y capa blanca y sus ministros con dalmá-
ticas blancas y acólitos, bendecía los ramos. Recibía un ramo del cantor.
Entonaba éste: «Pueri hebreorum». los niños de los hebreos, tomando ramos
de olivo, salieron al encuentro del Señor clamando y diciendo: Hosanna en
las alturas.
865