Page 1329 - Somiedo
P. 1329

Evolución de la actividad económica e industrial del concejo de Somiedo en el último siglo

            También en Somiedo, más concretamente en el pueblo de Caunedo, se llegaron
         a llevar a cabo los preparativos para la explotación de una mina de mercurio y en
         ello trabajaron numerosos vecinos de esta localidad. Pero dicha actividad nunca se
         llegó a poner en marcha, porque el Plan Nacional de Mercurio, de 1972, hizo que
         los promotores considerasen que no era viable llevar a cabo su explotación.
            Como se puede comprobar, desde 1912 hasta la década de los 70, Somiedo al-
         bergó una cierta actividad industrial que generó empleo y dio un notable impulso
         a la vida en el concejo. Un empuje que se notaba más en aquellas poblaciones
         ubicadas cerca de los proyectos y en los pueblos que se encontraban en la carretera
         general. Un claro ejemplo era el pueblo de la Riera que, por su posición privilegiada
         respecto a los proyectos que se ejecutaron, llegó a tener más bares que la propia
         Pola de Somiedo.
            Sin embargo, pese al impulso industrial, las comunicaciones en el concejo eran
         de talla más propias de un país subdesarrollado y no de un municipio que pertene-
         cía a una de las regiones más ricas del Norte de España.
            Con el cierre de la minería y la finalización de la construcción de las centrales, la
         única actividad económica procedía de apenas unas cuantas personas que trabajan
         en el mantenimiento y operación de las centrales. Empleo que se fue reduciendo
         en el tiempo cada vez más hasta nuestros días pues hoy la central de la Malva solo
         cuenta con dos empleados, Juan Antonio Sánchez, y Jorge Marrón, que se incorpo-
         raron en el siglo XXI, y pertenecen a la tercera generación de familias que empeza-
         ron a trabajar en la construcción de la misma.
            De nuevo la agroganadería era casi la única actividad económica que sustentaba
         la economía del municipio. Y esto hay que añadir el mayor hándicap que siempre
         lastro al municipio que fue la incomunicación y a la ausencia de servicios.
            Pero lo peor es que hasta Somiedo tampoco llegaba nadie, salvo algún montañe-
         ro avezado y aventurero que gustaba disfrutar de la naturaleza. Para acceder hasta
         allí, a Pola de Somiedo, había que coger un autobús desde Oviedo, se tardaban tres
         horas por una carretera angosta y llena de curvas que no invitaba a conocer aquella
         comarca. Una línea que tan solo tenía dos -a veces tres- frecuencias horarias, cono-
         cidas como el Verdugo, el Correo y el Rápido; que únicamente paraban en los pue-
         blos que se encontraban en la carretera general hasta la Pola de Somiedo, aunque
         una de ellas continuaba hasta Villablino, en la provincia de León. Era ésta la única
         carretera transitable para el tráfico rodado. Lo demás eran solo caminos habilitados
         para el tránsito de caballerías o vehículos de tracción animal, y en el mejor de los
         casos, una pista para circular con un todoterreno o Land Rover, como se decía antes
         porque era la única marca de coches que por aquel entonces había desarrollado un
         vehículo apropiado para circular por aquellos caminos.




                                               1329
   1324   1325   1326   1327   1328   1329   1330   1331   1332   1333   1334