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prácticamente en ruina, a principios del siglo XX, fue restaurada y modificada en su
        estructura, adquiriendo una nueva orientación. Sin embargo, el lugar que ocupa, en el
        entorno del campo del robledal y de la riega de Ricao sí que es el de su emplazamiento
        original.


        Según el testamento de Francisco Cortés de la Vega, de la casa-palacio Cortés, del
        mercado, fechado en 1720, sabemos que por entonces ya existía devoción a San An-
        tonio, pues en dicho testamento ordenó que se celebraran en honor del santo paduano
        «tres misas de amor a San Antonio en su capilla», aunque lo más probable es que fuera
        venerado en la iglesia parroquial puesto que el 15 de octubre de 1746 Vicente García
        de la Peña, visitador de capillas, cofradías y fundaciones no la menciona. Sin embargo,
        Antonio Mejide Bayón, también visitador de capillas y cofradías en el año 1757 nos dice:
        «por lo perteneciente a la cofradía y capilla de San Antonio, el presente excusador haga
        saber a José Miera, que al término de treinta días de la notificación de éste, pague y
        ponga en el depósito los mil ciento noventa y cinco reales y tres maravedíes de vellón,
        que resultan de igual alcance que tienen consentido y mandado satisfacer por auto de
        dicho Abogado Fiscal…».


        La desaparición en 1936 de los libros parroquiales nos ha privado de conocer en qué
        año fue edificada la primera capilla, los detalles de la obra, así como quiénes fueron sus
        fundadores. En un documento de reciente aparición, del que nos da cuenta Paco Pantín
        podemos leer que: «El día 11 de junio de 1750 Sebastián Álvarez de las Asturias y Nava,
        cura párroco de Sta. Mª. de Cangas de Onis, puso certificación de «fabricar, bendecir
        y celebrar otorgada por el Licenciado José Menéndez de Luarca y Tineo, de estar aca-
        bada la capilla del glorioso San Antonio de Padua, y, hállese dicha capilla dezente y
        con los, y con los (sic) ornatos que se necesitan para poderse celebrar en ella el santo
        sacrificio de la misa», por lo que probablemente la primera eucaristía en su honor sería
        celebrada el 13 de junio de ese mismo año. Estaba pues muy acertado Celso Diego
        Somoano, cronista oficial de Cangas de Onís, cuando dató su fecha de ejecución entre
        los años 1746 y 1757.

        En otra escritura otorgada por los vecinos para la construcción de la capilla, con fecha
        del 18 de enero de 1750, figuran los nombres  de los representantes de pueblos de la
        parroquia con sus respectivos donativos. Por la Huera de Dego (Avalle, Dego y Soto
        de Dego), figuran Domingo Pilar, Antonio de la Vega y Francisco de Villar; por el lugar y
        Coto de la Vega del Sella (Tornín, Caño, Següenco, Nieda, Cabielles, Narciandi, Onao,
        Cardes, Helgueras, Celango, Llueves y la Villa de Cangas de Onis), figuran Pedro Gran-
        da y Francisco González; Juan del Abrigo y Juan Juan de Villaverde, por Caño;  Toribio
        y Domingo Fernández y Domingo de Labra, por Següenco; Juan y Domingo del Valle
        por Nieda; Bartolomé y Francisco Sánchez por Cabielles; Agustín Cabielles y Francisco
        Suero por Narciandi; Cosme de la Vega por Onao; Gaspar Sánchez por Helgueras; Juan



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