Page 867 - Laviana
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de Aller acercándonos a la Campa Pelúgano y a una de la vías de acceso el puente ocurrió en 1953. Ahora las riadas son de otra manera ya que el
a Peña Mea. Pero, una vez en La Pumará, hay otras opciones: seguir por la cauce del Nalón está regulado por las presas de Tanes y Rioseco, aunque
carretera hasta Los Tornos para bajar a Mestres y entrar en el valle del Raigosu la de 2010 fue espectacular. Algunas veces pienso que el Nalón se enfada
para retornar a Puente d’Arcu. Otra ruta es la que sale de La Pumará a La para recordarnos su bravura, una llamada, un toque de atención. Hemos
Barrosa, lugar de procedencia de buena parte de las familias más antiguas vivido demasiado tiempo de espaldas al río, entendible cuando las aguas
de Puente d’Arcu, que nos llevará hasta Ribota y que ofrece buenas vistas bajaban negras por la actividad de los lavaderos de carbón que teñían de
de los lugares en los que se desarrollaron algunas de las explotaciones negro sus aguas, pero ahora las aguas bajan limpias, dando valor al territorio
mineras de Laviana. Y una tercera: volver desde La Pumará sobre nuestros urbano que atraviesan. Las aguas bajas negras es el título de la adaptación
pasos hacia Entralgo para coger una pista ganadera que se abre, a mano al cine de La Aldea Perdida, dirigida, en 1948, por José Luis Sanz de Heredia.
derecha y que nos llevará hasta El Valle y cuesta abajo a Piñeres o a Ribota
y desde aquí, a tiro de piedra, llegar a Puente d’Arcu.
De todas formas, el puente ahí sigue resistiendo y luciendo las cicatrices
que produce el tiempo y las bravas embestidas del río Nalón. El puente es
Desde la zona central de Asturias se llega a Puente d’Arcu por la AS- hoy uno de los emblemas del municipio lavianés y un incansable observador
387, la antigua carretera que comunicaba con la meseta y que ahora cruza silencioso del devenir de la historia. Inmortalizado en miles de fotografías y
las localidades de la cuenca minera del Nalón, y por la AS-117, el Corredor pinturas. Cómplice de atrevidos e intrépidos saltadores que cada verano
del Nalón. Estamos a media hora de Oviedo, un poco más lejos de Gijón y buscan ese minuto de gloria para zambullirse en las aguas del Nalón. Tal vez
de Avilés. Esa cercanía a la zona central asturiana y a equipamientos como cansado de tanto trasiego y de esperar por la prometida recuperación, pero
el Hospital Valle del Nalón, convierten a la localidad en uno de eso lugares siempre acogedor y cariñoso.
en los que vivir disfrutando de la naturaleza teniendo a mano servicios
esenciales. Es verdad que la prolongación del Corredor del Nalón es una
fractura en el paisaje, pero no es menos cierto que la carretera acercó esos El puente es el centro. Es el lugar que cruzan a diario vecinos y vecinas
mismos servicios a los vecinos de Caso y Sobrescobio. de esta pequeña localidad. A un lado lo que conocemos como El Puente,
con la escuela y la capilla. Al otro El Campu, un poco más allá La Curuxera,
y camino de Ribota, el LLerón y el Campu l’Arquera. Hay un lugar que tiene
El puente que da nombre al pueblo fue levantado a finales del siglo un encanto especial: El Cantu la Peña, situado encima de las últimas casas
XII o principios del XIII. Tiene dos arcos de medio punto, de mampostería y de El Puente y que ofrece una visión singular del valle y del propio puente. El
sillar. Su pila intermedia se asienta sobre una potente roca que garantiza su sendero que nos lleva al Cantu la Peña, hoy cerrado, se prolonga hasta La
conservación. Las bóvedas de cañón tienen 16’5 y 12’5 metros y la pila supera Foguerá y debajo, La Casilla, nos acerca al límite que separa Puente d’Arcu
los siete metros de grosor. La robustez de la construcción quedó demostrada de Ciargüelo.
en varios sucesos.
No hay rivalidad. Una parte llana, la otra empinada. Casas bonitas,
El puente fue, durante bastante tiempo, el único paso estable entre algunas antiguas, otras de este tiempo. Unas y otras forman un colorido
Laviana y Olloniego, en el concejo de Oviedo. La fuerza de las riadas del conjunto. Y gente, buena gente que atiende sus quehaceres diarios. Gente
Nalón ocasionó daños a lo largo de su historia. “La primera referencia que vive con sus preocupaciones y alegrías, como en cualquier otro pueblo.
documental sobre una intervención en el puente se remonta al año 1587”, Mujeres y hombres que contribuyen a mantener un paisaje que, seguramente,
así lo escribe el historiador local Luis Benito García Álvarez. No fue la única: cada uno vemos a nuestra manera. El paisaje es memoria.
“La riada de 1676 desvió el cauce del río y el tramo incomunicado se
amplió hasta Peñaflor en Grado ”. Y añade que en 1668 el representante
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de Laviana en la Junta General del Principado solicitó ayuda económica “Resumiendo los miles de páxines que la cuestión espacial anició
para su reparación. Otras actuaciones se hicieron en los años 1765 y 1795. nos últimos tiempos, podemos decir que l’espaciu ye un conglomeráu de
xeografía, afectu y ideoloxía rexíu pola memoria”. Son palabras de Martín
También en 1876 y en 1888. La última riada con graves consecuencias para
López-Vega en el prólogo de El paisaxe nuestru de Vanessa Gutiérrez,
excelente escritora que obtuvo el XXII premiu d’ensayu ‘Máximo Fuertes
García Álvarez, Luis Benito. Conoce y vive tu patrimonio. (pag.104, 105 y 106). Excmo. Ayto Acevedo’ con este libro, en el que la autora reconstruye la memoria colectiva,
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de Laviana (2018).
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