Page 876 - Laviana

de mayor magnitud en las minas lavianesas. “En la mina “Villoria”, el 2 de
septiembre, fallecieron Jesús-Ángel González Díaz (barrenista), el picador
en funciones de vigilante Alfredo-Bernardo Fernández Alonso, el ayudante-
barrenista Emilio González García, el picador-artillero José González Alonso y
el picador Amalio González González. El accidente tuvo lugar en los hastiales
del testero del primer nivel del taller de la capa 2ª, entre los pisos 1º (“La
Perenal”) y 2º (“La Malezona”). Al detonar los cartuchos y con la presencia
del grisú se origina una explosión de tal calibre que causa varias quiebras,
entre ellas una de 50 m. en la galería del piso 1º. Allí fallecieron asfixiados por
la cantidad de grisú expandido y del escombro que cayó sobre ellos. A las
8,30 del día 3 fueron extraídos los cadáveres de José y Alfredo; a las 9,00 de
ese mismo día el de Amalio; y a las 5,30 del día 4 los de Jesús-Ángel y Emilio.
Ese mismo día 4 fueron despedidos en una gran manifestación de duelo y
26
enterrados los cinco en el Cementerio de Villoria ”.
Qu’al cielu vaya
Dios quiera qu’al cielu vaya
el alma de los mineros
de los mineros
les piques al purgatorio
los vagones al infiernu.
“El alma de los mineros”. Tradicional.
La mina y sus consecuencias, pero no solo accidentes mortales:
la silicosis es otro capítulo que acompaña a la familia minera. En Asturias
había un gran número de mineros afectados por neumoconiosis, patología
ligada a la inhalación de polvo de carbón en las minas, cuya actividad en
aquellos años, y durante el último siglo, ocupaba a miles de trabajadores.
Fruto de esta situación, pero también de la conflictividad minera, el Ministro
Secretario General del Movimiento, José Solís, se había comprometido en la
negociación derivada de las huelgas del 68, a la creación de un centro para
la atención a los mineros. Dos años después, el Ministro de Trabajo, Licinio de
la Fuente, inaugura en Oviedo, el 18 de julio de 1970, el Instituto Nacional
de Silicosis (INS), en el edificio creado para tal fin en el área de la Residencia
Sanitaria de la Seguridad Social y del Hospital General de Asturias. El Dr. José
García-Cosío González (1909 –1984), poseedor de un amplio conocimiento
27
sobre las neumoconiosis, recibe el encargo de materializar este proyecto .
26 IDEM
27 Martínez González, Cristina/Menéndez Navarro, Alfredo. El Instituto Nacional de Silicosis y
las enfermedades respiratorias profesionales en España. (pag. 151-152). Historia de la neu-
mología y la cirugía torácica españolas. J.L.Álvarez-Sala Walter, P.Casan Clarà, V.Villena
Garrido. Ramirez de Arellano Editores (2006). https://issuu.com/separ/docs/primera_parte._
historia_de_la_neumolog_a_y_la_ciru/143
876
Los accidentes en las minas también están en el origen del Orfanato
Minero. El líder del SOMA, Manuel Llaneza, insistía una y otra vez, ante el
General Primo de Rivera en la necesidad de atender a los hijos de los mineros
fallecidos o incapacitados. Se daban situaciones de extrema pobreza que la
ayuda vecinal o familiar no alcanzaba a mitigar. La idea original era de José
de la Fuente, activo sindicalista del SOMA. En 1917 ya se recoge en un texto,
pero no será hasta 1929 cuando el sindicato minero traslada formalmente sus
intenciones y, a finales de ese año, un Real Decreto aprueba su creación. El
primer director fue Ernesto Winter Blanco (pedagogo, humanista, ingeniero
de minas) que conocía muy bien la situación de la minería, no en vano,
entre 1922 y 1925 fue ingeniero en las minas de Coto Musel. Por el Orfanato
Minero, hoy FUNDOMA, pasaron decenas de niños y niñas, víctimas de la
minería. Ernesto Winter fue fusilado en 1936. Tanto el hospital de silicosis
como el orfanato minero siguen funcionando a día de hoy.
Muchos de los mineros de Fradera eran de las generaciones nacidas
en los años 20 y 30, el cierre de la empresa los cogió cuando empezaban a
desarrollar su propio proyecto de vida. “El volumen de empleo se acercaba
a los 500 trabajadores teniendo una producción media mensual entre tres y
cuatro mil toneladas, según el testimonio de Rafael Faes, antiguo empleado.
Contrastada esta fuente con la estadística de producción de carbones, sus
datos son semejantes en cuanto a producción, pero difieren en el volumen
de empleo ya que las cifras oscilan entre los 366 de 1944 a los 307 del año
49 ”. Con el cierre de la empresa, la mayoría encontró trabajo en Hunosa,
28
otros se marcharon a trabajar en las minas leonesas y algunos tuvieron que
bregar con las adversidades y buscarse la vida. Es una generación muy
respetada, con un gran afán de superación en unos tiempos complicados
como fueron los inmediatamente posteriores a la guerra civil. Una generación
que apenas pisó la escuela y que, por poner un ejemplo, además del trabajo
en las minas, se prepararon con Antonio Gamonal, en La Pola, para entrar
en la Escuela de Vigilantes que funcionaba en Langreo. Afán de superación.
Gamonal trabajó en Coto Musel, en el taller mecánico, ingresó en la Escuela
de Capataces de Mieres, estudios que tuvo que abandonar debido a las
largas jornadas de trabajo. Fue en ese momento cuando decide empezar a
dar clases particulares. En octubre de 2003, ese grupo de alumnos le rindió un
29
merecido homenaje .
Estos jóvenes también trabajaban, haciendo horas extra, los domingos
en las tolvas construidas por la empresa en la estación y que hoy son un
buen ejemplo de patrimonio industrial, llenando los vagones del ferrocarril
28 Rodríguez-Felgueroso, Alberto José. Retrato de un paisaje: el Alto Nalón. Colección Aulas
de la Naturaleza. Nº8. Servicio de Publicaciones Principado de Asturias. Consejería de Educa-
ción, Cultura, Deportes y Juventud/Consejería de Medio Ambiente y Urbanismo. (1993).
29 Suárez, Adolfo. Reconocimiento y Homenaje a Antonio Gamonal. Alto Nalón/Temas de
Asturias. Números 211/212/213 (pgs, 51, 52, 53) (2003).
877